La semilla de Dios

Evangelio San Marcos 4, 1-20

LA LECTURA DE HOY: En aquel tiempo, Jesús se puso a enseñar otra vez junto al lago, y se reunió una muchedumbre tan grande, que Jesús tuvo que subir en una barca; ahí se sentó, mientras la gente estaba en tierra, junto a la orilla. Les estuvo enseñando muchas cosas con parábolas y les decía: “Escuchen. Salió el sembrador a sembrar. Cuando iba sembrando, unos granos cayeron en la vereda; vinieron los pájaros y se los comieron. Otros cayeron en terreno pedregoso, donde apenas había tierra; como la tierra no era profunda, las plantas brotaron enseguida; pero cuando salió el sol, se quemaron, y por falta de raíz, se secaron. Otros granos cayeron entre espinas; las espinas crecieron, ahogaron las plantas y no las dejaron madurar… «Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús» La semilla de Dios 1). El Señor no se cansa de buscarnos, no se cansa de hablarnos, de exhortarnos 2). Jesús es la gran Palabra que tiene un poder interior inmenso de transformación, de renovación, de conversión. 3). Cuando el corazón es superficial, se ha endurecido o se mantiene seducido por el mundo, no permite que la semilla de Dios germine. Propósito: Señor, transforma mi corazón de piedra en un corazón de carne.

FUENTE: https://www.youtube.com/@PadreCarlosYepesOficial

Compartir